Hoy hemos repasado la estructura de los cuentos y para ello nos hemos inventado uno muy divertido mezclando dos cuentos tradicionales: El patito feo y El soldadito de plomo.
El patito de plomo
Érase
una vez un patito que era un juguete de plomo. Estaba en una tienda de juguetes
hasta que una niña lo vio y lo compró.
En la
casa de la niña, que se llamaba Elsa, no fue muy bien recibido por los demás
juguetes. Ya sabéis, que por la noche, los juguetes cobran vida. Elsa jugaba
mucho con él y los demás tenían envidia. Todos, menos una patita que iba
vestida de bailarina.
Una
noche, los demás juguetes le tiraron por el retrete y tiraron de la cadena
antes de que pudiera salir. Recorrió un montón de tuberías hasta que llegó a la
alcantarilla. Allí, se puso a llorar porque le dio mucha pena que le tiraran de
esa manera. De repente, vio que se le acercaba una rata hambrienta. Él pensaba
que le iba a comer, pero la rata sólo tenía curiosidad de saber quién era. La
rata le consoló y le dijo que se acercaba un tsunami de alcantarilla y que
tenía la oportunidad de volver al retrete. Además, la rata le prestó su tabla
de surf para que le fuera más fácil surfear por las tuberías. El patito
consiguió llegar al retrete surfeando y fue entonces cuando vio a la patita
bailarina esperándole en el retrete. La patita le dio un beso en el pico.
Los
demás juguetes no se alegraron de verle y por eso, llenos de rabia, les tiraron
juntos a la chimenea. Mientras caían, se agarraron fuerte de las alas y cayeron
al fuego, que derritió el plomo del patito. Cuando el fuego se apagó, quedó un
corazoncito de plomo. Elsa lo recogió y lo guardó de recuerdo.
Y aquí se acaba este cuento, como me lo contaron te lo cuento.
Que chulo
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