Hoy hemos aprendido a escribir cuentos de forma
divertida, ¿a que sí? Con un par de dados y una tabla, cada uno ha obtenido unas pistas con las que crear un cuento. Este es el que hemos hecho entre todos.
Pistas: ¿Quién? Un ogro.
¿Cómo era? Verde y pegajoso.
¿Qué pasó? Que devoraba.
¿Dónde? En una cueva.
Un profesor verde y pegajoso
Había una vez
un ogro. A pesar de que su aspecto no era muy atractivo, porque era verde y
echaba mocos pegajosos, resulta que era un ogro muy bueno. Este ogro, que se
llamaba Mocoso, comía muy sano, pues comía siempre verduras, pero la gente no
se atrevía a acercarse a él porque esas verduras eran tan grandes que parecían
personas. Por esta razón, Mocoso no tenía muchos amigos.
Un día,
caminando por el bosque en busca de verduras, se encontró a un niño que parecía
preocupado por algo. Mocoso decidió acercarse al niño y preguntarle:
- ¿Quién
eres y qué te pasa? -se atrevió a decir Mocoso.
-
¡Ah!
¡Un ogro feo! ¿Me vas a comer? - se asustó el niño.
-
¡No!
A mí solo me gustan las verduras. ¿Tú no serás una verdura, verdad?
-
Pues
claro que no, yo soy un niño.
-
¿Por
qué pareces tan preocupado? - preguntó el ogro con sinceridad.
-
Porque
tengo muchos deberes.
-
Pues
seguro que los deberes son muy nutritivos. - dijo Mocoso - ¿Me dejas comérmelos?
El niño se
sorprendió y dijo que sí porque no quería hacer más deberes. Entonces, Mocoso
invitó al niño a su cueva a comer. En la cueva, después de sazonar y cocinar
los deberes, Mocoso los devoró. Estaban buenísimos. Pero no sólo eso, sino que
empezó a sentir que su inteligencia crecía. A partir de ese momento, el niño
siempre le llevaba los deberes que no quería hacer y Mocoso siempre se los
comía. Mocoso se hizo tan inteligente que terminó siendo el profesor de la
escuela del pueblo. El pueblo paso a la historia como el primer pueblo en
contratar a un ogro profesor.
FIN
¡Animaos, mis pequeños escritores! Seguro que el lunes traéis unos cuentos tan maravillosos como éste o más.