viernes, 24 de mayo de 2013

Microrrelatos 2



        Aquí llegan más microrrelatos… He notado que os encanta el nombre de Juan. Muchos de vuestros protagonistas se llaman así. ¿Será por Juan y las habichuelas? It's a mistery...


LAS GALLETAS MÁGICAS, escrito por Miri

        Érase una vez una niña que se llamaba Bea. Un día fue a la cocina a merendar y se encontró unas galletas mágicas que podían hablar. Bea dijo:

-¿Sois listas?

-Sí, claro que sí, sabemos de todo.

-¡Qué guay! Mañana tengo un examen de cono y os voy a dejar encima de la mesa. Cuando no me sepa algo, me lo decís y como recompensa os doy chocolate.

-Vale, nos parece bien.

         Al día siguiente, Bea sacó un diez en el examen gracias a las galletas. Como recompensa, les dio un cacho de chocolate para todas las galletas que había en la bolsa. Después Bea y sus galletas se fueron a casa.

-Bea, ¿Qué nota has sacado? –dijo su madre.

-Un 10 en cono.

-¡No me lo puedo creer!

       La madre de Bea se puso muy contenta, entonces le compró una casa de las Barbies. Sólo costaba 2 euros y 50 céntimos. Era muy barato. Al final, Bea se quedó con las galletas, y Bea y las galletas fueron muy felices juntas.



EL NIÑO ALIEN, escrito por Luis

        Érase una vez un niño que se miró a un espejo y era un alien y dijo:

-¡Mamá!

-¿Qué te pasa, hijo?- le dijo la madre asustada.

-Mamá me he convertido en un alien.

        El niño fue al cole y todos sus compañeros se reían de él. El niño, de tanto pensar que no quería ser un alien, se volvió a convertir en una persona.


LAS GALLETAS PARLANTES, escrito por Ignacio

      Érase una vez un niño que se llamaba Juan y compró unas galletas. En casa las galletas hablaban y Juan se preguntó por qué las galletas hablaban. Juan se metió una galleta en la boca y en el estómago ya no hablaba. Cuando Juan se comió las galletas ya ninguna hablaba.


LAS GALLETAS MÁGICAS, escrito por Noa

       Érase una vez un niño que se llamaba Juan y vivía en un país llamado Fantasilandia. En un mercado, estaban de oferta unas galletas mágicas. Él las compró. Cuando Juan iba a desayunar las galletas Mágicas le suplicaron:

-¡Por favor, no nos comas!

- Pero es que tengo hambre y si no os como, caducaréis.

       No caducaron y se hicieron muy amigos.

                  ..................................................................

      Y colorín, colorado... estos cuentos no se han terminado.

1 comentario:

  1. Hola Bea,

    he visto la nueva entrada del blog y me ha gustado mucho el microrrelato de Miriam.

    Hasta mañana.

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