Hemos estado creando cuentos en lengua estos últimos días, ese género literario que conocemos desde que éramos chiquititos. Habéis
dejado vuestra imaginación volar y habéis escrito cuentos muy originales.
Por falta de tiempo, hay algunos que han sido muy
cortos, pero no pasa nada, porque entramos así en el mundo de los
microrrelatos. Los microrrelatos son narraciones muy breves. Sin embargo, el
hecho de que sean breves no significa que no estén llenos de fantasía. Además,
el lector tiene un papel muy importante porque debe completar el texto
imaginándose todo lo que no nos dice el
autor.
He seleccionado algunos de vuestros microrrelatos. ¡Disfrutadlos!
LAS GALLETAS, escrito por Alba
Érase una vez una niña que se llamaba Noelia. Un día
se despertó y se fue al colegio. Cuando volvió a casa…¿Cuándo volvió a casa qué
pasó? Que se puso a comer y el postre fue… ¿Qué fue? ¡Ah, ya! Eran galletas, y
se las fue a comer y al final se pusieron a hablar.
LA BICICLETA VOLADORA Y EL BOTIQUÍN DE DINERO, escrito por Álex F.
Había una vez un niño que se llamaba Juan. Él estaba
en casa pidiendo a sus padres que le compraran una bici voladora, pero decían
que no.
Él subió al desván para encontrar una bici voladora,
pero no la encontró. Lo que encontró fue un botiquín de dinero. Al final se
compró la bici y la escondió para que no la vieran sus padres.
LAS GALLETAS PARLANTES, escrito por Esther.
Érase una vez un niño llamado David, tenía 5 años e iba a la guardería, no tenía modales. Un día llegó de la escuela y dijo:
-¡Adiós!
-Se dice hola, tienes la merienda en
la cocina.-le dijo la madre.
Se fue a la cocina y no había
galletas. Se fue a comprarlas con sus ahorros. Se fue a la tienda y compró galletas.
Se las iba a comer, pero, de pronto dijo una:
-¡Ten piedad, no nos comas, por favor!
-Vale. – dijo David.
Al final las cuidó y fueron sus
amigas.
LAS GALLETAS HABLADORAS,
escrito por Pablo Cristina
Había una vez un niño que compró unas galletas que hablaban, pero no lo descubrió hasta que se comió una que dijo:
Había una vez un niño que compró unas galletas que hablaban, pero no lo descubrió hasta que se comió una que dijo:
-¡Ay, qué daño!
El niño no sabía cómo estaba haciendo daño a una
galleta. Entonces se la sacó de la boca y dijo:
-Soy un ser vivo.
-¡Hala! estás hablando.-replicó el niño-¿Cómo lo
puedes hacer?
-Pues lo he hecho toda mi vida, para mí no es nada
raro.
Desde entonces, el niño y la galleta son amigos.
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Está muy bien eso de que al final los personajes se
hagan amigos, pero… ¡pueden pasar muchas más cosas! De momento lo dejo aquí,
pero todavía quedan muchos microrrelatos por llegar.
Podéis darme dibujos que ilustren los cuentos y los añadimos. ¡Animaos!
hola Bea
ResponderEliminarme ha encantado tu blog ¡que buena idea
de Noa